EL INICIO
¿Cómo empezó mi camino artístico?
Siempre y de muy joven, he estado buscando algo por fuera de éste mundo como si algún tesoro enterrado estuviese esperándome para que algún día gracias a él, pudiese reconocer la artista en mí.
Todos los encuentros que he tenido tanto con personas como con lugares especiales me han dejado una marca, un sello y una impronta notables, dándole sentido a todo lo que fui hilando paso a paso, a lo largo de mi vida.
Fue en enero de 1970 durante las vacaciones de verano que me acerqué a mi madre, diciéndole que quería pintar.
Ella me miró en silencio, fuimos hasta un armario y subiéndose a una escalera sacó de lo alto una caja de pintor llena de óleos y pinceles nuevos, que había estado guardada por años y para mi sorpresa me la entregó.
¿Cómo describir ese momento de profunda revelación?
Recuerdo que salí corriendo abrazando la caja y como si una enorme ola de energía me envolviese haciéndome casi volar, me dirigí a unos árboles y con asombro y emoción desmedidos, la abrí.
Mi alma explotó de alegría.
Son aquellos instantes de exaltación espiritual en donde las palabras sobran y sólo el pensamiento abstracto puede decodificar semejante situación.
En ese momento, nació en mí una nueva brecha de espacio /tiempo y una desconocida fuerza interior. Tenía en ese entonces 14 años.
Fue el destino que me abrió su mano y me invitó a partir desde ese momento, a iniciarme en la ruta del arte.
Así empezó mi camino como artista, a través de un encuentro con lo inesperado, lo bello y con aquello que pareciera que estaba escrito en algún lugar para que lo pudiese desvelar.
Gracias al arte, he abrazado la máxima belleza posible, cualidad suprema del amor y junto al dolor y al placer que se debaten constantemente en la creación que, como una danza de opuestos no cesan jamás de pugnar entre sí, he encontrado hasta el día de hoy a través del arte y de la naturaleza, fuentes permanentes de inspiración
